martes, 29 de mayo de 2012

Otro de libros que estamos leyendo es  “El camino de Sherlock” de Andrea Ferrari, quien nos inspiró a crear nuestro propio cuento policial, aquí lo compartimos con ustedes  y en breve les acercaremos nuestra opinión acerca del libro. 
UN SECUESTRO Y UN RESCATE

En un lugar muy bello de Barcelona España, una pareja conformada por Belén y Lucio, ambos hijos de famosos músicos, desaparecieron sin dejar rastro alguno.  
Aprovechando la fama, sus padres dan una conferencia de prensa  en uno de los programas más vistos, “La  TV Española”, informando a todo el país que secuestraron a sus hijos, mostraron sus fotos y ofrecieron una millonaria  recompensa a quien aportara datos concretos sobre su paradero.
 Una tarde de verano Lucio y Belén se dirigieron a una agencia de turismo llamada “Buen viaje”, para comprar un paquete cuyo destino sería Río de Janeiro, Brasil. El agente tomó todos sus datos personales y una vez hecha la reserva, pactaron para la próxima semana traer el dinero, donde les prometieron ese mismo día  llevarlos a conocer el interior del crucero donde viajarían.
 Dos de los agentes de turismo al revisar los datos de la pareja, notaron que ambos eran hijos de famosos músicos. Deciden ponerse de acuerdo para secuestrarlos y pedir rescate por sus vidas.
 Llegada la semana pactada, el matrimonio se dirige a la agencia con el dinero y dispuestos a conocer el crucero.
 Una vez pagado el viaje, salieron los agentes y el matrimonio a conocer el crucero, pero en el camino les vendaron los ojos para dirigirlos a un viejo galpón abandonado, donde los mantendrían hasta pedir el rescate. 
 Esa misma tarde el padre de Belén recibe una llamada anónima con una voz ronca que decía así:
 - Escúchame bien clarito, si queres volver a ver a tu hija y yerno con vida, vas a hacer lo que te digo, juntá cuatro millones de euros y los vas a poner en dos bolsas de residuos bien cerradas, pasada la medianoche las colocás en el contenedor ubicado en la fuente de la Plaza Mayor, si avisás a la policía olvídate de verlos.
 El señor Suárez se pone en contacto con el Inspector 007 del Servicio de Inteligencia Español, quien llega inmediatamente a su casa y le cuenta lo sucedido. El inspector le dice que arme las dos bolsas con el dinero y en una de ellas coloca un dispositivo para rastrearlos.
Llegada la medianoche el señor Suarez deposita las dos bolsas de dinero en el contenedor y se retira rápidamente.
A unas cuadras varias camionetas del Servicio de Inteligencia siguen el rastro de los delincuentes, que se dirigen, luego de llevarse el dinero, al galpón para dejar libres a los rehenes y mientras los liberan, escuchan una voz que dice:
-  ¡Arriba las manos están rodeados!  

        
  

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